para salir de los cuales necesitamos la ayuda del
los demas, que tambien son los que tienen en
su habilidad el tenue hilo de nuestra existencia.
En nuestro presente , los hospitaltes son una
especie de rosa de los vientes que señala a los
cuatros puntos cardinales del ser humano, al
se y no ser, al medio ser y al no querer ser.
Esto creo que merece un intento de explicacion
que trataremos de hacer con el recuerdo de una
visita al" Hospital General ", el centro dramatico
mas extraordinario de nuestra ciudad.
En esa mole de cemento y acero que esta por las
calles Mission y Marengo , en Los Angeles, se
desarrollan miles de dramas diarios , en los
cuales no faltan ninguno de los ingredientes de
la vida y la muerte. Al hospital llegan los que
siendo , quisieron dejar de ser, y en un arran-
que de lo que unos creen valor y otros cobardia,
atentan contra su propia vida. Tambien los en-
fermos que, desahuciados por varios medicos,
llegan con la esperanza de continuar siendo,
sabiendo que casi no son.
Los primeros gritos del recien llegado, tambien
se escuchan en los cuartos colectivoos del amplio
hospital , fundiendose muchas veces con los que-
jidos de los que se despiden del mundo al que
otro llega. Es el punto de coincidncia de los que
a ser y los que dejaran de ser. Aquellos que en un
arrebato antisocial se lanzaron contra la sociedad
y esta respondio con la misma violencia , tambien
llegan al centro de esperanza , para que los me-
dicos remienden un cuerpo, que quiza solamente
servira para que su dueño enfrente a la prueba
maxima del dejar de ser con plazo fijo, como cas-
tigo de la sociedad a sus crimenes.
Con estos elementos tragicos, del hospital seria
un centro de triste ambiente , si no estuviese
poblado por seres superiores que van dando
animos y suministrando la ayuda que el hombre
ha sabido obtener en la experiencia, la experi-
mentacion y el trabajo. Medicos y enfermeras ,
recorren constantemente los amplios pasillos
y las pobladas salas, por las que tambien
se ven desfilar a los representantes de la Fe,
como intermediarios entre pecado y el bien,
tratando de dar sosiego a las almas y segu-
ridad a los desesperados con la palabra con-
soladora y el pensamiento cristiano.
Este mundo inmenso de emociones , dolores,
lagrimas y alegrias , esta regido por una serie
de rayas de todos colores, siguiendo las cuales
se encuentra al paciente que se va buscando,
la sala a que pertenece o al doctor que debe
examinarlo . Todo el mundo sigue las rayas,
y muy pococs se pierden , solamente aquellos
que, como un servidor, cuando entra a un hos-
pital cambia de color, y sufren con las agonias
de los demas y tiemblan ante el efecto des-
tructor de la enfermedad o el accidente. Y
como mi animo no esta pendiente de las
realidades de la vida, cuando me vi forzado
por el afeco a realizar una de estas visitas,
me perdi cuando iba en busca del cuarto
donde un buen amigo personal , y de los
artistas , Al de la Rosa, se encontraba res-
tableciendose de la amputacion de su pier-
na derecha , un poco mas abajo de la rodilla.
El accidente ocasionador de esta desgraciada
lesion sucedio hace algun tiempo en el Olympic
auditorium de esta ciudad. Fue un accidente
que no parecia tener consecuencias , pero su
condicion de diabetico produjo esta desgra-
dable realidad.
- ? A que vienen esas rejas en las ventanas ?
- Muy sencillo - dijo Al - , en esta sala todos
son amputados , desde un dedo hasta las dos
piernas , como aquel paisano , que fue revo-
lucionario, corrio miles de peligros y no le
paso nada y ahora ....perdio sus dos piernas...
Y Al , con la experiencia de varias semanans
en esa sala, me explico algunas escenas horri-
pilantes, de aquellos infortunados que al vol-
ver en si se encuentran con un parte menos
de su organismo.
- Pero - me dijo Al- la esperanza triunfa y ya
ves que tranquilo estamos todos. Manito , la
vida es muy amable , y cada vez que pienso
en esto, me explico menos la decision de los
suicidas.
Con los detalles del accidente , el proceso de las
operaciones y su futuro de entrenamiento que
lo devolvera a la sociedad " como nuevo" median-
te el paso de varios meses, sali de la sala , y me
encomende a las lineas directoras.
Pero no debi seguirla muy bien,pues tratando de
encontrar pronto la salida ,me encontre ante una
escena de grito dolorosos , camillas , camas y
personas ensangrentadas, como si hubieran sido
victimas de distintos accidentes. Estaba en la
entrada de las ambulancias , que son las que
lelvan al hospital gran parte de los viajeros per-
didos en su ,archa ordinaria por la vida.
Medio aturdido por el panorama de ordenda
diligencia y atena actividad que veia por parte
de las personas en batas blancas , me meti entre
las camas y las camillas , y trate de ganar pronto
el patio , no si que antes mis ojos chocaran con
dos o tres de los heridos que viese a uno banar-
se en roja sangre , que dejo su rostro mas palido
y sin movimiento. Creo que era la presencia de
la muerte . En el momento que saliendo hacia el
sol , volvi la cabeza , cuando escuche un terrible
grito de mujer dentro de una de las ambulancias..
y oi la voz amable de un medico que decia ....
" take it easy ...es a boy....is a healthy boy"....
Llegue a mi automovil, bañado en el sol californiano,
y sudando frio....Habia hecho una visia a la encru-
sijada de nuestro camino, y me despedia la vida ,
despues de haber visto la muerte . Y por encima de
una y otra , flotaba el aura reconfortante de la espe-
ranza .
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